En esta lección observaremos que la enseñanza cristiana es una de las formas que Dios ha establecido para que la gente sepa acerca de Él. Las verdades más importantes se hallan en la Biblia, y Dios quiere que compartamos esas verdades con nuestro prójimo. El nos ayudará a ser maestros cristianos, a fin de que nosotros podamos ayudar a otros a descubrir la verdad.
En la Lección 1 estudiamos acerca de la enseñanza cristiana como ministerio. Discutimos la diferencia entre enseñar, predicar y testificar. Aprendimos también que Jesús nos ordenó impartir enseñanza. Nos dio un Libro de texto y un Ayudador y nos dijo a quiénes debíamos enseñar.
En esta lección estudiaremos la historia de la enseñanza en la Biblia. La enseñanza era importante en la vida de la gente del Antiguo Testamento. El ministerio de la enseñanza continuó a través del Nuevo Testamento.
En esta lección estudiaremos: por qué enseñamos. Todos necesitan ser enseñados. Pero no todos necesitan que se les enseñe la misma cosa al mismo tiempo. Algunos necesitan aprender el plan de la salvación. Otros necesitan ser enseñados para que crezcan como creyentes. Incluso otros necesitan la enseñanza para que hallen el lugar en que deben servir en la iglesia.
Mientras más aprendemos acerca de la enseñanza cristiana, mejores maestros llegaremos a ser. Nuestro deseo debe ser enseñar de manera que la enseñanza produzca cambios en la vida del niño, del joven y del adulto. Ore a fin de que Dios le ayude a comprender cuáles son las necesidades de cada persona que usted conoce. Este es el primer paso necesario para convertirse en maestro en la obra de Dios.
En esta lección verá por qué todos pueden enseñar y deben hacerlo. No podemos decir que no estamos capacitados para enseñar. Es el plan de Dios y él nos ayudará a hacerlo.
Si está dispuesto a seguir el plan de Dios, entonces tendrá el gozo de Dios. No hay mayor gozo en la vida que ayudar a otro a hallar la voluntad de Dios para sí mismo. ¡Usted puede hacerlo!
Hemos estado hablando acerca de cómo es necesaria la enseñanza para todos, y por qué es necesaria. Hemos visto cómo usted, sea quien fuere, puede enseñar a alguien.
En esta lección, estudiaremos respecto de dos clases de personas a quienes usted puede enseñar en su propia casa. Esta enseñanza puede proporcionarle un gozo mayor que el que haya experimentado jamás hasta ahora.
El preparar el terreno para la enseñanza es esencial. Se escoge el mensaje que corresponde, y luego se lo prepara como lección. Durante la hora de clase, el maestro planta en el corazón de los alumnos la semilla de la Palabra de Dios.
El trabajo de preparación forma parte integral de la enseñanza por una razón: Para ver que el alumno llegue a tener la vida cabal en Jesucristo. Al tiempo de la cosecha, es un placer para el hortelano ir a la huerta y recoger sus frijoles. Es aún más agradable para el maestro observar cómo la gente a la cual ha enseñado, vive según el plan de Dios para ellos.
Acabamos de ver que tenemos un mensaje maravilloso para compartir con el mundo. Es el mensaje más importante que se haya dado jamás. Cómo lo presentamos es también muy importante. Los métodos no son, en sí mismos, espirituales o carentes de espiritualidad. Pero nos permiten enseñar verdades espirituales de manera que la gente de cualquier edad pueda comprenderlas y aceptarlas. Por lo tanto, emplee los mejores métodos cuando enseña estas verdades maravillosas de la Palabra de Dios.
El Señor Jesucristo tenía autoridad para enseñar la verdad de Dios. Demostró esa autoridad cuando enseñaba. Asimismo se había formulado una meta, y empleaba métodos para alcanzarla. Este es el ejemplo que nos legó para que lo siguiésemos.
Al comenzar el estudio de esta última lección, pídale al Señor Jesucristo que lo ayude a aprender de él. Pídale que él lo dirija a hallar a alguien a quien pueda enseñar. Luego siga el mejor método al impartir la enseñanza.