Los principios bíblicos para escoger un futuro cónyuge, como también los valores morales para el matrimonio es el énfasis del autor. Una vida estable de hogar es anhelada por todos. Considerando la imperante necesidad hoy día, de cómo compartir valores esenciales con los hijos y la irremplazable comunicación matrimonial, hacen que el contenido de este libro sea de inmensa actualidad.
El matrimonio es el producto de un plan divino. Los seres humanos no lo idearon o inventaron, Dios lo creó. Dios decidió instituirlo en el jardín del Edén. A través de su Palabra Dios lo afirma y la presencia de Cristo en la boda de Caná lo confirma.
En esta lección estudiaremos en qué sentido la relación entre Cristo y su iglesia se refleja en cada matrimonio fundado sobre principios divinos. El matrimonio, cuyos efectos perduran para bien, es aquel que se construye según las normas y direcciones que se presentan en la Palabra de Dios.
En la relación entre un hombre y una mujer, las reglas de Dios no se han hecho para privarles algo que los haga felices, sino para dirigirlos al mejor de los placeres. Dios creó al hombre con apetitos naturales, algunos de los cuales encuentran su expresión en la unión sexual, pero Su Palabra afirma que esta unión íntima ha de reservarse para el matrimonio.
La oración, y una mirada honesta a lo que la Biblia dice acerca del matrimonio, ha salvado a muchos jóvenes de hacer una mala decisión. En esta lección descubriremos la importancia de considerar las actitudes de la otra persona hacia la vida, y sus rasgos y modelos en el comportamiento.
También, podemos aprender lecciones de mucho valor, de matrimonios que se han formado sobre principios divinos y de otros que se han formado sin principios divinos. Dios sabe quién es la "persona indicada" para cada uno de sus hijos, y no dejara de dirigir a aquellos que sinceramente desean hacer su voluntad en esta decisión tan importante.
El matrimonio es un don maravilloso de Dios que El da a dos personas imperfectas que están entrando en una sociedad extremadamente íntima. Pero para asegurar una relación de mutuo contentamiento, es necesario hacer muchos planes y preparaciones durante el noviazgo y el compromiso.
Algunas veces los enamorados se sorprenden al ver que tienen desacuerdos. El mejor momento para descubrir y tratar con muchos de estos desacuerdos es antes del matrimonio. En esta lección estudiaremos algunas formas en que las parejas se preparan para el matrimonio, las oportunidades que tienen de conocerse mejor, y cómo sus vidas pueden honrar a Dios durante la etapa de compromiso.
Cuando dos personas principian sus vidas juntas como esposo y esposa, muy pronto se dan cuenta de todos los ajustes que necesitan hacer. Cada uno de ellos es una personalidad única, con sus propios sueños, ambiciones, frustraciones y necesidades, y las diferencias individuales no desaparecen porque los dos se unen en matrimonio.
En esta lección estudiaremos acerca de la clase de hogar que cumple su propósito como tal. Una pareja que se proponga establecer un hogar que glorifique a Dios, encontrará que la recompensa es inmensurable.
El papel del esposo se compara en la Biblia con el amor y el cuidado que Cristo tiene por su iglesia, un papel de protección y abnegación. Cristo ve nuestro potencial y lo que a El le gustaría que fuéramos, pero nos ama y nos acepta como somos.
Cada esposo cristiano tiene sueños y metas que espera se realicen, y que resulten en un hogar feliz. En esta lección usted reconocerá formas en las que un hombre resguarda su hogar mientras cumple el papel que Dios le ha dado.
Sabia es esa mujer que sabe que su papel como esposa es una gran responsabilidad, y está lista para que Dios le muestre cómo ser la clase de esposa que El quiere que sea. La mujer sabia reconoce los principios de Dios para un matrimonio feliz, perdurable, y aprende a aplicarlos.
En esta lección reafirmaremos lo que significa para la mujer dar al esposo el lugar que le corresponde en su vida, el lugar que Dios quiere que él ocupe, y al hacerlo, llega a ser una influencia estabilizadora en el hogar.
Cuando consideramos la importancia que la Palabra de Dios da a la obediencia, no es de extrañar que el único mandamiento a los hijos que se encuentra en la Biblia es: "Hijos, obedeced a vuestros padres." Una de las lecciones más valiosas que un niño puede aprender es respeto y autoridad y la lección comienza en el hogar.
En esta lección consideraremos algunas razones por las cuales los niños necesitan aprender a ser obedientes. También señalaremos algunos efectos de largo alcance en las vidas de aquellos que aprenden a respetar la autoridad y de los que no lo hacen.
Los hijos bien disciplinados y obedientes no "aparecen de la noche a la mañana" de la misma manera que una hermosa flor en el jardín no "aparece de la noche a la mañana." Ambos requieren esfuerzo. Un jardinero es responsable de cultivar el jardín. Los padres son responsables de enseñar, disciplinar y amar a sus hijos.
Cuando los padres tienen la correcta comunión con Dios y dan un buen ejemplo, se les facilitará mucho más establecer y mantener la autoridad sobre sus hijos. En esta lección discutiremos en forma más profunda las áreas en las que los padres son responsables por la crianza de sus hijos. También consideraremos ejemplos de familias que sufrieron desazones sin necesidad porque los padres fallaron en su responsabilidad hacia sus hijos.